Café Tinto
Café tinto y tinta, algo se hace familiar dentro de la nada en el blanco vacío de una idea abstracta con las ganas de escupir ese trago amargo, sacar el trazo de entre los dientes, empujarlo violentamente desde la boca con la lengua harta. Que se vuelva tinta lo seco y lo caliente que se nos pega de noche en la garganta y nos quema la panza. Que lo tinto nos arranca del sueño, no lo es tanto como ese sobresalto, las palabras brincando entre órgano y órgano en el blanco vacío de una emoción atroz con las ganas de rasgar ese papel absurdo, hasta sacar la tinta del rojo de la vida, deslizarla suavemente desde las muñecas con el corazón doliente. Que se vuelva tinto lo quemado y oscuro que nos queda atrapado un día de tantos cuando la tierra serena nos mate de frío...